El Universo entero está en un perpetuo cambio. Todo
cambia y se permuta, incluyendo a los seres humanos. Hay musulmanes que abrazan la fe cristiana y
hay quienes se convierten al Islamismo habiendo sido cristianos. Hay quienes
cambian sus preferencias, de partido político, nacionalidad y quienes prefieren
vivir en un lugar en substitución de otro.
Así somos los humanos: mutantes. Siempre en busca del
cambio que más nos convenga o satisfaga.
En este constante cambio es que hace su aparición la
Emigración. Este fenómeno no es exclusivo de nosotros los humanos. Animales de
todo tipo emigran, acorde con las estaciones, para poder sobrevivir. Y es así,
precisamente, como veo yo este asunto migratorio.
Un gran porcentaje de los hispanos que vivimos en los
Estados Unidos de América somos inmigrantes. Todos los que hemos decidido hacer
de este país nuestro hogar, lo hemos hecho por elección, es decir, nadie, ha
venido a este país forzado, en contra de su voluntad.
Que yo sepa a nadie se le ha puesto una pistola en la
espalda y se le ha obligado a venir aquí. Al contrario, muchos han ofrendado
sus propias vidas, de manera voluntaria, con tal de poder llegar hasta esta
tierra.
Todos los que hemos dejado atrás nuestro terruño y
afectos, hemos sopesado las consecuencias de nuestra decisión antes de
emprender el viaje que nos trajo a buscar nuestra propia versión del Sueño
Americano. Todos hemos optado por venir a buscar una mejoría, porque si no
fuera así, nos hubiésemos quedado donde estábamos ¿No es así?
La propuesta de los Estados Unidos está muy clara:
Libertad, Prosperidad y Seguridad.
Estos son los mayores atractivos que este país tiene
para todos los que venimos a radicarnos en él. Usted pudo haber venido en busca
de uno de ellos o de todos ellos a la vez, pero lo cierto es que vinimos a
buscar algo de lo cual carecíamos, algo que nos faltaba. ¡No hay excepción a
esta regla!
Yo creo que debemos tener claro cuál es nuestro papel
en éste, nuestro país por adopción. Este es nuestro hogar por elección y
debemos actuar acorde con nuestra decisión de radicarnos aquí.
Quienes inmigramos debemos integrarnos a este país, a
su sociedad y su sistema, si queremos alcanzar las metas que nos hemos
propuesto, cualquiera que estas sean.
Integrarse a este país es la única vía de poder
progresar. Si no lo hacemos nos exponemos a ser discriminados por nuestra
propia incapacidad de adaptación a la nueva realidad que nos toca vivir en esta
nación.
Si usted no es capaz de hablar, escribir y leer el
idioma Inglés las probabilidades de que pueda progresar en este país son
sumamente escasas.
Si usted no regulariza su situación legal, las
oportunidades de acceso a los beneficios legales que brinda este sistema le
estarán negadas.
Si usted no se ocupa de estudiar alguna profesión u
oficio válido en este país, o si ya tiene su profesión y no la revalida, su
chance de obtener mejores oportunidades laborales o empresariales le estarán
vedadas.
Y, por último, si usted no comienza por dar de si
mismo a través de la voluntaria participación en los asuntos concernientes a su
comunidad, no se beneficiará de todas las oportunidades de progreso y bienestar
que están allí esperando por quienes estén dispuestos dar para poder recibir.
¡Todo esto es puro sentido común! No se trata de
alienarnos, de enajenar nuestras costumbres, idiosincrasia y cultura, al
contrario, se trata de adaptarnos a las nuevas condiciones que nosotros mismos
elegimos, para poder aprovechar al máximo las oportunidades. ¡Adonde fueres,
haz lo que vieres!
Quien quiera participar de los beneficios que este
país ofrece tiene que jugar de acuerdo a las reglas: Aprenda Inglés,
legalícese, estudie y dé lo mejor que pueda ofrecer para hacer de este país uno
aún mejor. ¿Cuál es su decisión?
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