lunes, 18 de julio de 2011

El fenómeno de los Hispanos en U.S.A.


Por doquier se habla del fenómeno social de la Hispanidad en los Estados Unidos. Políticos, sociólogos y demás especialistas ven en este creciente sector de la población una nueva corriente, una nueva cara de la realidad norteamericana.


Para nadie es un secreto que este gran país se hizo a punta del esfuerzo de los inmigrantes. Todo se inició con los pioneros cuáqueros que, huyendo de persecuciones religiosas, vinieron con sus familias a hacer de esta su nueva tierra, su nuevo hogar.

Lo que vino después está en los libros de Historia: Europeos, africanos, asiáticos y, más recientemente, latinoamericanos han llegado a este país a fundirse en un nuevo pueblo, una nueva nación.

Los cambios son constantes y acontecen a cada instante. Y es precisamente la composición de la población norteamericana el más fiel reflejo de esta realidad.


¿Sabía Usted que, según el último Censo los Hispanos somos más de 45 millones, lo que nos convierte en todo un poder social, económico y político?
De hecho, esta cantidad de personas es mayor a la cifra de habitantes de muchos países latinoamericanos. En tres platos, somos una nación naciendo dentro de otra.


¿Sabía Usted que para el año 2050 se estima que seremos unos 50 millones de personas, sobrepasando así, por mucho, cualquier otro grupo étnico minoritario? ¡Esto se llama poder!

En el mercado, somos el grupo étnico que compra más casas, somos los que consumimos más tortillas y, a manera de curiosidad, bebemos más cerveza Corona aquí que en México, que por cierto es la cerveza de mayor venta a nivel mundial.


La familia hispana se mantiene más unida que el resto de los grupos familiares en este país. En cada hogar hispano hay un promedio superior a las tres personas, lo cual es superior a los demás casos.


Nuestro poder adquisitivo es mayor al de la mayoría de los países latinoamericanos, de hecho, recientes análisis han demostrado que las remesas de dinero que desde aquí son enviadas por Hispanos a sus familiares en el exterior, constituyen fuente primordial de ingresos para muchos países, llegando este dinero a ser, en  algunos casos, aún más importante que el mismo Producto Territorial Bruto de ciertos países centroamericanos.


Para que tenga una idea de la magnitud de este poderío económico, para el año 2020 los hispanos gastarán anualmente 2 billones de dólares, es decir dos mil millones de billetes verdes. Dato curioso: Gastamos más en comida que ningún otro grupo étnico.


En lo que a la creación de nuevos negocios se refiere, a nivel nacional, los nuevos negocios son en un 30% propiedad de hispanos.


En cuanto a países de origen, los mexicanos encabezan la lista seguidos por puertorriqueños y cubanos, en este orden.

Hasta aquí todo va de maravilla, pero lamentablemente también nos llevamos el liderazgo en otros departamentos no muy prestigiosos que digamos.


En cuanto a la incidencia de la delincuencia, abortos, drogadicción y deserción escolar, resultamos ser los abanderados con índices más altos que los de ningún otro grupo étnico.


En términos generales, la población hispana tiene un nivel de educación sumamente bajo, razón por la cual necesitamos urgentemente educarnos mejor para aprovechar el sinnúmero de oportunidades que nos brinda este gran país de la América del Norte.

Pienso a veces que este proceso consumirá los esfuerzos de toda una generación, es decir, nosotros, la primera generación de inmigrantes venidos a este país,  serviremos de “carne de cañón”, trabajando arduamente para alcanzar un nivel socio-económico más que decente, para que sean nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos los beneficiados de vivir a plenitud en esta tierra, aprovechando al máximo las oportunidades de estudio disponibles y haciendo así de éste su país por derecho.
Si hacemos esto, llegada la hora de ajustar cuentas para arreglar nuestro viaje al más allá, podremos irnos tranquilos, satisfechos de haber cumplido con nuestra misión.

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