sábado, 18 de junio de 2011

Dile NO a la pobreza y SÍ a la prosperidad


¿Sabía usted que en este, el país más rico del planeta, una octava parte de su población vive en niveles de pobreza? Es decir, unos 36 millones de personas viven en condiciones de pobreza en medio de la abundancia y la prosperidad. ¡Increíble!


Para determinar quién es considerado como pobre, el Gobierno ha establecido que si una familia de 4 personas tiene un ingreso igual o inferior a los $18,810 al año, esta vive en condiciones de pobreza, lo que implica un ingreso menor a $70 diarios.
Para que podamos comparar criterios, en la actualidad, más de la mitad de la población mundial, unos 3 billones de seres humanos, viven con menos de $2 por día.

¿Cómo se explica tal disparidad? Muy simple: Todo depende de la Producción.


La suma del Producto Territorial Bruto de las 48 naciones más pobres del mundo, es menor a la fortuna, combinada, de las tres personas más ricas de este país. Este desdichado grupo de naciones, que representan el 25% del total, contribuye con un escuálido 0.4% al total de exportaciones globales. ¡Más claro no canta un gallo!

Si no hay producción no hay progreso ni bienestar.


Para muchos, la Pobreza es una injusticia social. Ésta es producto de la explotación de los pobres a manos de los inescrupulosos ricos. Pero, en mi opinión, la causa fundamental de este penoso fenómeno social estriba en la Educación.

Nadie que tenga más de dos dedos de frente y haya tenido la oportunidad de educarse será objeto de explotación. Nadie que haya sido instruido y que tenga su propio criterio se va a dejar contagiar del mal de la Pobreza. Este flagelo destruye y merma la voluntad y espíritu de las personas, llevándolas a un estado de indefensión e incapacidad.
Por ello debemos combatirla con la mejor medicina: ¡La Educación!


Resulta inconcebible que tantas personas puedan seguir insistiendo en ser pobres en medio de la abundancia que existe en este país, donde las oportunidades de progreso y bienestar se encuentran en cada esquina.


La Pobreza no da nada, no produce nada, no deja nada. Al contrario, es sumamente costosa. Nos cuesta oportunidades, nos cuesta posibilidades… nos cuesta la vida misma.

No es posible que nos resignemos a ser pobres en este país. ¡No hay excusa! Se es pobre por elección, no por obligación.

Quienes eligen ser pobres lo hacen porque es más fácil, más cómodo. Porque, sencillamente, ser pobre no cuesta trabajo. Al contrario, para dejar de serlo hay que trabajar, estudiar, y superarse. Y, al parecer, eso resulta mucho esfuerzo para muchos.


En esta nación, a diario, surgen más de doscientos nuevos millonarios. En este país se genera más de una quinta parte (21%) del total de la producción mundial, En este país se tiene una baja tasa de desempleo (5.5%) y se proyecta que para el 2013 el 70% de la población será dueño de su propia casa. ¿Qué mejor sitio para hacerse próspero?

Si usted no prospera, es porque no quiere. Las condiciones están dadas y esperando por usted. Una vez leí que la mejor forma de ayudar a los pobres es no siendo uno más de ellos. Así que póngase las pilas, capacítese, edúquese y decídase a emprender su camino hacia la Prosperidad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario